REVISTA BYTE– 18/05/2020- Juan de la Torre, Director de Marketing, Alianzas y Desarrollo de Negocio en Devoteam
No es ningún secreto que la velocidad con que se producen y se adoptan los cambios tecnológicos ha ido creciendo a lo largo de la historia y de forma muy especial, desde la revolución industrial, hace unos doscientos años. El corto espacio de tiempo necesario, para la adopción de nuevas tecnologías como la telefonía móvil, o la provisión y uso de servicios en la red, nada tiene que ver con el tiempo que se necesitó, desde el final del siglo XIX y a lo largo del XX, para convertir la electricidad en un servicio al alcance de la población.
Tampoco es un secreto que las personas ofrecemos de forma natural resistencia al cambio y que son los momentos de crisis, tanto a nivel personal como en las sociedades, los que consiguen transformaciones que en épocas normales no se habrían conseguido o habrían requerido mucho más tiempo. Las crisis han transformado muchos ¨No se puede hacer¨ en “Si se pudo”.
Hace tiempo que el Teletrabajo es una tendencia clara de evolución, que se ha ido encontrando con múltiples intentos fallidos o, como mínimo, gran resistencia en los intentos de implantación. En España, el nivel de trabajo a distancia antes de la crisis del COVID-19, se estimaba en niveles en torno al 5-8% de los trabajadores, llegando estos niveles al entorno del 15% en los países con mayor nivel de trabajo remoto en Europa (Países Bajos, Países Nórdicos). Como todos sabemos, estos porcentajes, se han disparado con la crisis en menos de un mes. Por otra parte, hace un año, casi un 70% de los trabajadores españoles deseaban teletrabajar, pero sus empresas no se lo permitían. Sería interesante conocer el resultado de esa misma encuesta, realizada después de la crisis.