COMPUTERWORLD– 08/07/2020
La crisis del coronavirus ha impactado a las empresas en múltiples niveles. Uno de esos niveles que se ha visto afectado han sido los datos. Por una parte, los negocios se han visto obligados a apresurar sus procesos de transformación digital. Por otra, el apoyo de los datos ha sido crucial para evitar caídas estrepitosas. Eso sí, esta relevancia del dato ha generado diversos dilemas empresariales, puesto hay que tomar decisiones sobre aspectos como el comercio, las operaciones o la organización. Además, COVID-19 es algo nuevo en la historia, jamás ha habido un precedente así en la humanidad, lo que ha generado una disrupción en los datos históricos y en sus analíticas. Es decir, COVID supone un antes y un después en los procesos de analítica de datos y en las inteligencias artificiales.
Por si fuera poco, como ya bien sabido, el empleado ha sido remitido a su hogar, viendo obligado a teletrabajar de manera forzada. Esto, además de toda la adaptación colaborativa, de infraestructura y cultural que conlleva, acarrea también otra problemática: el acceso a los datos. ¿Quién puede acceder a qué datos y según qué circunstancias? El gobierno y la democratización del dato se ha convertido en otro asunto que deben afrontar en el seno de las empresas.
